Aprende a valorar el encuentro más allá del resultado y a seguir disfrutando del camino
Has completado tu test, has tenido una cita… y no hubo magia. No hubo mariposas, ni mirada cómplice, ni eso que te hace pensar “quiero volver a verle”. ¿Y ahora qué?
Pues ahora, nada malo. Porque, aunque no haya surgido la chispa, has dado un paso importante: te has abierto a conocer a alguien, has salido de tu rutina y has vivido una experiencia. Y eso también vale mucho.
No todo encuentro tiene que ser «el definitivo»
Estamos tan acostumbrados a buscar “el click” inmediato, que a veces nos olvidamos de algo fundamental: conocerse lleva tiempo. La química no siempre aparece al instante, y eso no significa que la cita haya sido un fracaso.
A veces la conexión llega más tarde… y a veces, simplemente no llega
Y ambas cosas están bien. No todas las personas con las que compartimos una cena están destinadas a convertirse en pareja. Algunas veces, simplemente te cruzas con alguien interesante, compartes un buen rato, y ya está. Otras veces, una amistad. Y con suerte, alguna vez… algo más.
El valor está en intentarlo
Cada cita es una oportunidad de conocerte mejor, de entender qué te gusta, qué valoras, qué te hace sentir bien. Y también, de normalizar que no pasa nada si no hay chispa. No te define, no te resta valor, y no significa que no vaya a aparecer en la siguiente.
¿Y si me siento decepcionado/a?
Es natural. Queremos que algo bonito suceda, y cuando no pasa, puede haber una pequeña bajada de ánimo. Permítetela, pero no te quedes ahí. Recuerda que cada paso que das es parte del camino. Y que el proceso de encontrar pareja también se puede disfrutar.
En Empareja2 creemos en eso: en el camino
No se trata solo de encontrar “a esa persona”. Se trata de vivir la experiencia con calma, curiosidad y respeto, tanto hacia los demás como hacia ti mismo/a. Porque cada paso cuenta. Y cuando menos lo esperas… ahí está. La chispa.