Conocer a alguien nuevo siempre despierta un cosquilleo en el estómago… y a veces, también nervios, dudas o hasta ganas de salir corriendo. Tranquilo/a: es completamente normal. Lo importante no es no sentir nervios, sino saber manejarlos.
En Empareja2 lo sabemos bien: por eso te dejamos algunos consejos prácticos para que llegues a tu cita tranquilo/a, confiado/a y con la mejor versión de ti mismo.
Recuerda que no estás solo/a
Esa persona a la que vas a conocer probablemente esté igual de nerviosa que tú. No estás compitiendo ni rindiendo examen. Solo vas a conversar, a pasar un buen rato… y a ver si hay conexión.
Haz algo que te guste antes de la cita
Darte un paseo, escuchar música que te relaje, leer, cocinar, tomar un café tranquilo… Hacer algo que disfrutes te pone en un estado mental más positivo y te ayuda a llegar con buena energía.
Llega con tiempo
Evita las prisas. Sal de casa con margen y si puedes, da una vuelta antes o siéntate unos minutos cerca del sitio. Llegar con calma hace que empieces la cita desde otro lugar.
No anticipes demasiado
No te montes películas en la cabeza. No intentes adivinar cómo será la persona, cómo será la conversación o si surgirá algo. Vive el momento. Cada cita es diferente, y lo mejor es dejar que la experiencia te sorprenda.
Respira
Parece obvio, pero respirar bien (y conscientemente) relaja cuerpo y mente. Prueba esto: inhala por la nariz contando hasta 4, mantén el aire 4 segundos, exhala por la boca en 6. Hazlo 3 veces antes de salir. Verás cómo se nota.
Ponte algo con lo que te sientas bien
No tiene que ser lo más elegante, ni lo más atrevido. Elige algo que te haga sentir cómodo/a, seguro/a y tú mismo/a. Eso se nota… y se transmite.
Recuérdate esto
No estás intentando gustar, estás intentando conectar.
Cuando quitas el peso de tener que «impresionar», los nervios bajan y dejas espacio para que fluya algo más real.
Los nervios no son malos: son parte del entusiasmo
Lo importante es no dejar que te paralicen. Con calma, con presencia, con confianza. A veces, lo mejor que puedes hacer es simplemente disfrutar el camino sin expectativas. Y eso ya es un gran comienzo.